Acoso callejero: Hombres vs Onvres

Tomado del Facebook de Daniel I. Mejía.

"Mi historia en contra del acoso sexual:

Esos días en los de que en vez de llegar a casa te dan ganas de salir a caminar sin razón alguna después del trabajo, caminaba sobre la calle de Madero en el Centro Histórico.

Sentí la sensación de comprar un helado y chacharear antes de dirigirme a casa, justo antes de terminármelo y decidir retirarme, me encontré a una vieja compañera de la universidad y charlamos brevemente. Decido ahora si a irme, pero olvidé que tenía que retirar dinero del cajero, por lo que tuve que recorrer de vuelta otras dos cuadras. Entrando al cajero me formé y ahí fue donde la ví.

Era una niña simpática con un vestido negro corto, es decir, finalmente ¿quién podría negarle su derecho a vestir como quisiera en un martes soleado de primavera a 29°C ? Bueno, tal vez el imbécil de quien les hablaré mas adelante.

Ella pasa, espero un minuto y yo paso. Al terminar salgo del banco y sigo mi camino. Veo a lo lejos a la misma chica con el semáforo en rojo esperando cruzar la calle, sólo que esta vez con un chavo a su lado en actitud inusual. Él se acerca a ella por detrás y con los brazos abajo, sostenía su mochila en una mano, se acerca más y mueve su mochila con el pie justo para quedar debajo de su vestido. 

Mientras más me acerco al cruce se vuelve cada vez más claro, él grababa por debajo de su falda. Tenía abierto un cierre de la mochila y dentro tenía lo que parecía un celular. 

Mientras más me acercaba evaluaba opciones. Le patearía la mochila, lo confrontaría, le avisaría a la chica o simplemente le daría el golpe en el rostro que merece. Al faltar unos tres metros, el semáforo se pone en verde, el chavo se aparta de ella y ambos cruzan la calle, él se lleva la mochila al pecho y ahí compruebo al 100% que tenía claramente un celular en la mochila y había grabado a la chica por debajo de la falda.

Estoy en contra del feminisno radical y su basura de crucificar a todos los hombres sin razón, pero maldita sea, también no soy ciego y sé que existe el acoso sexual y bueno, pues ahí estaba este imbécil, y pues yo no iba a dejar que por uno pagaramos todos y mucho menos permitir que se dañara la dignidad de esta mujer.

México necesita de educación y de acción, entonces porqué carajo si se comparte una imagen de una desaparecida o un meme de la injusticia que existe en este país ¿La gente no actua cuando se me presentan este tipo de situaciones en la vida real?

Entonces aquí estoy, a punto confrontar a este pervertido, por fortuna de esas raras veces que necesitas a un policía, el policía aparece. Al otro lado de la calle un par de oficiales, al final de cuentas es una de la calles más concurridas del país. La opción parece ser la más viable y razonable, así que me presento y señalo al responsable.

Los oficiales me escuchan y empezamos a seguirlo hasta alcanzarlo, lo detienen y comienzan a interrogarlo. Es evidente su nerviosismo, los policías señalan que yo lo ví grabando por debajo de la falda a una mujer y el chico me confronta en tono agresivo "cálmese mijo, yo no ando haciendo nada ¡qué anda de pinche chismoso eh!".

Quien no me conoce dirá que tengo cara de mamón y siempre parezco molesto, quien me habla sabe que no es así, pero quién me ha visto enojado dirá que soy una persona totalmente irreconocible. Ese imbécil no me iba a amedrentar, así que lo señalo con el dedo y grito furioso "¡A ver cabrón, saca el pinche celular y en chinga me borras el video, o de mi cuenta corre que no te salvas de esta!".

Bastó eso para que la típica bolita se formara en la calle y con unas palabras más de los oficiales, ese chavo pasó a ser un dócil y manso delincuente en busca del perdón. "Ya aguanten dejen lo saco y lo borro"

Lo saca y ahí estaba el video. Ok, vamos a darte tu segunda oportunidad, lo borras y ya, ahí muere. Lo borra y aparece inmediatamente otro, lo borra y otro, lo vuelve a borrar y otro. Mi enojo va creciendo más, la incredulidad de los policías y el festín que vendría es más evidente, borra el cuarto y aparece un quinto.

"No cabrón ya estuvo bueno, oficial mire nada más, el que juraba no tener nada resulto ser acosador serial" El chavo se deshace. "¡Pon la galería, a ver!" ¡Pum! Eran unos 20 a 30 videos los que tenía, este maldito traía su colección privada.

Y así fueron 5 minutos, en donde pasé de ser "mijo" a "jefe", en donde pase de ser "un pinche chismoso" a "ya jefe perdón, no lo vuelvo a hacer, tengo una hija" ¿Neta una hija? ¿Y te andas con estas mamadas?

Otros tres policias llegan a la escena y uno me comenta que ahorita la gente les va a empezar a decir de cosas "Siempre es así jefe, agarramos a uno y se van contra nosotros, ahorita va a ver", y efectivamente, los chiflidos empezaban a sonar. Para el mexicano y en un país con tanta violencia, resulta irónico que se idolatre al delincuente y el Policía se le vea como el malo de la historia.

Le dije "no te preocupes, ahorita vez como cambian" y le vuelvo a gritar para que escuchen todos "¡A ver cabrón, estás viendo cuanta pinche violencia contra la mujer hay y te pones a hacer tus mamadas de grabarles debajo de la faldas! ¡¿sabes el pedo en que te vas a meter si encontramos una menor de edad en tus videos?! ¡¿Lo sabes?!" La gente calló, ahora el enemigo no era la policía, era ese chico. Ya nadie volvió a decir nada.

Mis felicitaciones a la Policía de la CDMX que en esta ocasión se portaron a la altura, no siempre es así, pero si hay que reconocer cuando sucede.

Estoy seguro que con todo lo que pasó hoy, este chico no lo volverá a hacer jamás. Pero todos tenemos una hija, hermana, pareja, prima o amiga que jamás quisieramos que les pasara esta situación. Esta es su imagen, en el calor de la situación solo tome una, compártanla, si lo ven en la calle desconfien de él.

La violencia y acoso sexual tiene solución si cada quien pone de su parte. Si lo vives, actúa y denuncia. La acción ciudadana en la vida real en contra del acoso y cualquier delito, vale mucho más que una imagen de una nueva víctima en redes sociales. ¡Actúen!"

Gracias Daniel por ser hombre, necesitamos más como tú.